Comenzado ya el estudio del Renacimiento,empezamos el estudio de Garcilaso de la Vega. Hoy hemos comentado el conocido Soneto XIII:
A Dafne ya los brazos le crecían, y en luengos ramos vueltos se mostraban; en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que al oro oscurecían. De áspera corteza se cubría los tiernos miembros, que aún balbuciendo estaban; los blancos pies en tierra se hincaban y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño, a fuerza de llorar, crecer hacía el árbol que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño! Que con llorarla crezca cada día la causa y la razón por que lloraba!
En él se hace referencia al mito griego de Dafne y Apolo. Eros, dios del amor, disparó una flecha dorada a Apolo para que se enamorara de Dafne. A su vez, Eros disparó una flecha con punta de plomo a Dafne que le provocó desprecio hacia a Apolo. Durante la persecución, Dafne pidió ayuda a los dioses y se transformó en un laurel ante los ojos de Apolo.
Este mito, además de en la literatura, está presente en la pintura y la escultura. Queda maravillosamente representado en la escultura de Bernini: