La comunicación no verbal

En estos primeros días, hemos estado estudiando todo lo relativo a la comunicación. Para ir acabando, vamos a fijarnos en la importancia de la comunicación no verbal que cada vez es mayor. ¡Cuidado que nuestros gestos nos delatan! 😉

Comentario Literatura Oriental

La Lechera, de Vermeer

Como primer comentario del curso, habéis entregado una reflexión sobre tres textos que tienen mucho en común: un fragmento del Panchatantra; La lecherade Samaniego y una fábula de Esopo.

La finalidad del ejercicio no era otra que la observación, tras la lectura de los textos, de como una misma base narrativa sufre variaciones a lo largo del tiempo y se va adaptando, bien en el contenido, bien en la forma. Como puede observarse, la versión del Panchatantra y la de Samaniego incluyen al final la moraleja del cuento. La fábula de Esopo, en cambio, lleva esa enseñanza de manera implícita.

Asimismo, el protagonista cambia en cada una de las versiones. En la hindú, se trata de un brahmán; en cambio, en las otras dos, se trata de una mujer, una lechera más en concreto.

Se podría recordar también otra versión muy conocida de esta fábula inserta en El conde Lucanor, de don Juan Manuel. Allí la protagonista lleva una jarra llena de miel.

Otro punto de interés en la comparación de estos tres textos es la forma en la que cada uno de los protagonistas entienden su ascenso social: el brahmán obtendrá un rebaño tan grande, que de su venta conseguirá tal cantidad de oro que un brahmán le dará en matrimonio a su hija, con la que tendrá hijos. Entonces se pondrá a estudiar para que su hijo siga sus pasos, y cuando su mujer le llame la atención le dará un puntapié… que resulta ser de verdad y tira la olla. En la versión de Samaniego, la mujer no piensa en tener hijos, sino que sólo piensa en los beneficios económicos que resultarán de la venta de la leche. En cambio, en el texto C, de Esopo, piensa en un ascenso social que arrancará una vez se case con el hijo del molinero, al que piensa hacerle sufrir hasta aceptar el matrimonio.

Como similitud, se puede hacer notar que el paso del sueño a la triste realidad se realiza en los tres casos de manera rápida, brusca. Gracias a esa ruptura narrativa, la moraleja gana en sentido y didactismo, es decir, los sueños acaban bruscamente y la realidad siempre reaparece.

Más o menos, estas tenían que ser vuestras reflexiones.

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